Miles de personas de los países del llamado primer mundo acuden a gimnasios varias veces a la semana para fortalecer su musculatura abdominal, levantar pesas, montar en bicicleta estática o hacer spinning. Hay muchas estrategias encaminadas a fortalecer nuestra musculatura, pero ¿se puede mejorar la calidad y la cantidad de la sustancia gris que hay en nuestro cerebro? Sí, una de las prácticas más estudiadas es la meditación.
   Definir qué es la meditación –del latín meditatio, un tipo de ejercicio intelectual- no es tarea fácil, ya que este término engloba diferentes métodos de concentración mental, de control de la respiración o de ejercicios de visualización mental, entre otros. Con independencia del tipo de ejercicio mental que se realice para meditar, se ha comprobado que esta práctica conlleva importantes cambios en el funcionamiento de nuestro cerebro. Uno de los estudios más importantes fue llevado a cabo por un equipo de neurólogos del Centro Waisman (Universidad de Wisconsin, Estados Unidos) en colaboración con el Monasterio Scheche, de Katmandú (Nepal).
   Los investigadores norteamericanos analizaron el cerebro de los monjes budistas que habían recibido instrucción mental en las tradiciones tibetanas Nyingmapa y Kagyupa durante más de diez mil, a lo largo de un periodo comprendido entre quince y cuarenta años. Los científicos compararon el cerebro de estos monjes con el cerebro de un grupo de estudiantes estadounidenses que no habían sido instruidos con anterioridad en ninguna práctica de meditación.
   El equipo de científicos encontró que había diferencias notables entre el cerebro de los monjes y el de los estudiantes, y que la diferencia más llamativa se hallaba en una mayor coordinación neuronal en el cerebro de los monjes. En otro estudio llevado a cabo por especialistas de las universidades de Yale y Harvard, junto con el Hospital General de Massachussets y el Instituto Tecnológico de Massachusets, se evidenció que la práctica de la meditación de forma regular puede aumentar la cantidad de sustancia gris de nuestro cerebro.  En esta ocasión los investigadores analizaron, a través de resonancia magnética nuclear, la sustancia gris de veinte personas experimentadas en meditación budista, que realizaban ejercicios de meditación un promedio de cuarenta minutos diarios. Las imágenes demostraron que cuando se medita de forma regular se incrementa el espesor de ciertas áreas de la corteza cerebral –las relacionadas con la percepción sensorial, auditiva y visual- y se enlentece el proceso de adelgazamiento de la corteza cerebral asociado al envejecimiento.
   Desgraciadamente estos beneficios no se producen en todas las regiones cerebrales, se localizan fundamentalmente en el área relacionada con la concentración del hemisferio cerebral derecho.
Quizás va siendo hora de que en nuestras ciudades comiencen a proliferar los “gimnasios de neuronas”, esto es, centros especializados en mantener en forma nuestra corteza cerebral.
Fuente:   ABC Ciencia

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Nacida en Francia por CAUsalidades del Destino y siendo sensitiva desde muy pequeña, tuve la suerte de encontrar a mi "familia espiritual" y compartir con ellos miles de momentos para guardar en la cajita de los dulces ensueños...

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