El tiempo, en definitiva, y de forma primordial, es un misterio. Posiblemente, engendrado o inventado por la imaginación humana. Una especie de representación de sucesos consecuentes, en el dinamismo intrínseco del universo. Con ello, surgen cuestiones, como las de los universos paralelos. A raíz de los últimos descubrimientos del siglo XX, en lo que se refiere a la radiación de microondas de fondo, que, también, es una huella remanente, del bien conocido y llamado hecho, tras él cual, surgió el universo. El big-bang. Estas, son mis reflexiones sobre, el enigma del tiempo.

¿Dónde está la realidad?

¿Dónde está la realidad?

¿La Realidad se encuentra en el interior del tiempo? ¿O es parte de ella? Estas, y otras muchas cuestiones, les ha quebrado la cabeza a muchos personajes de la historia, e individuos de la prehistoria. Pasa cuando, el hombre, se enfrentaba con un problema inmanente, como la comprensión o el conocimiento “real”, sobre la realidad, en sí misma. Por tanto, comprendemos que es un problema, y lo seguirá siendo probablemente siempre. La realidad es una, única y verdadera. Nuestra ciencia, una representación, a través de nuestros sentidos generalizados. Es por ello que, tenemos cierta ventaja, porque sabemos que no podemos saber qué es y cómo es, la realidad, en su esencia realística. Esto, es un gran paso, una batalla ganada al ego humano.

Para describir la realidad, el ser humano ha desarrollado una herramienta veraz, que puede acercarse a la verdad más verdadera, pero nunca llegar a ella. Y, si creemos que llegamos a conocerla,  probablemente, sea una ilusión de nuestros sentidos. A causa de esta paradoja, surge la ciencia, y con ella, sus vertientes o campos, para obtener una representación o explicación aproximada de los misterios que nos rodean, constantemente. En siglos pasados, para comprender o aproximarse a estos problemas, las repuestas estaban más cercanas al campo filosófico. La reflexión, la razón y la pura observación, que proporcionaba la filosofía, sirvieron de útero fecundativo a lo que, hoy podemos conocer cómo, Física. Ella, contrasta con comprender el funcionamiento de la realidad, mientras que, el planteamiento filosófico, intentaba siempre especular, sobre el porqué de estas cuestiones. En la actualidad, parece que la física, además de comprender los mecanismos de las leyes, sin darse cuenta, “ha robado la pregunta del “por qué” a la filosofía”.

El enigma del tiempo

Volviendo, al problema inmanente, del tiempo, surgen otras cuestiones, muy interesantes, a lo largo de nuestra historia ¿El tiempo, fluye al margen de la consciencia? Evidentemente, sí. Lo demuestran, todas esas huellas y reminiscencias geológicas y astronómicas, que nos datan cifras de miles de millones de años. Es por ello que, de forma ilusoria, resolvemos enigmas, que parecían imposibles hace cientos de años. Podemos concluir fervientemente que, el tiempo, es un enigma porque, su naturaleza y la causa de su ritmo, son incontenibles, y su esencia parece fugitiva.

Aquí van, otras cuestiones interesantes, que podemos plantear sobre el enigma del tiempo. El tiempo ¿es eterno, o surgió con el universo, como adjetividad? Ciertamente, parece dificultoso contestar rotundamente a este tipo de cuestiones, pero Einstein, por ejemplo, lo denominó temporeidad. El tiempo, como una propiedad más del universo, que nació con él. Todo ello, desde la perspectiva relativista, la cual, no es la única que puede representar cuestiones principales, sobre la realidad.

Física Cuántica

Una disciplina, o nueva forma de entender el universo, pionera en la edad contemporánea, es la física cuántica. Su mundo, y sus leyes, funcionan de forma totalmente distinta. Un universo, casi aparte, que rompe con cualquier ley fundamental de la relatividad de Einstein. Aún, hoy por hoy, es, todavía, un reto, conciliar estos planteamientos. Pero, que se mantienen paralelamente, en el corazón de la ciencia. De todas formas, hay que destacar que, siguen siendo teorías mayoritariamente aceptadas, pero que, no están exentas de cambio, en la maravillosa rueda renovadora de la ciencia. Un aspecto muy curioso es, que como habíamos comentado antes, el tiempo es un enigma, pero sin él, no se podría fundamentar nuestra física. Por tanto, ¡nuestros pilares se fundamentan sobre un enigma!

Para entender nuestras concepciones actuales, es preciso analizar, al menos superficialmente, el problema del tiempo, en los orígenes filosóficos.

El tiempo de los filósofos

El tiempo de los filósofos

Para Aristóteles, el universo se constituía por un conjunto de elementos. El espacio era único, dimensional e independiente. El tiempo, más de lo mismo. Independiente, existente como substancialidad. La materia, otro elemento más, separado, al que le ocurren fenómenos. Y, todos estos elementos que se caracterizarían a sí mismos, y por separado, construirían la realidad y el universo. Una concepción razonable, en el contexto histórico, al que pertenece.

Tuvo que pasar mucho tiempo, para que llegase Newton. Con su llegada, matematizó toda esta serie de conceptos. Toda una revolución intelectual y conceptual de la realidad. Construyó, lo que se llama, el tiempo referencial, con una duración métrica. Estableció, también, el espacio referencial, dándole longitud métrica. Midió la materia como cantidad. En definitivas cuentas, caracterizó todo aquello que parecía infinito e incontenible, como herramienta para intentar comprender, de manera referencial y representativa, nuestro universo.

“Hay que caracterizar tanto como se pueda y lo mejor que se pueda cada tanto” Newton.

Luego, toda esta matematización y caracterización, se perfeccionó, gracias, a las contribuciones de Galileo y Kepler, dando lugar a nuestra física. Sin embargo, la física de Newton, hoy por hoy, es errónea. Pero, ayudó al perfeccionamiento de nuestras herramientas, para representar nuestra realidad. Con la relatividad de Einstein, el universo constituiría una estructuralidad única, llena de propiedades. El tiempo, el espacio, la materia y sus fenómenos, son propiedades fundamentales, con respectividad extrínseca entre ellos, del universo, como una cosa única. El principal fundamento, constante a lo largo del tiempo, y en todos los lugares, es la luz. Es lo único simultáneo y presente, en todas partes.

Parece un concepto místico. Se diría que, todo es luz.

Conclusiones generales

De todas formas, todavía nos quedaría mucho por desarrollar. Este es un tema fascinante, pero, en conclusiones generales, sabemos que, no podemos saber realmente por qué existe el universo. El universo, al ser tempóreo, tiene que haber emergido de “algo”. Todo, en el universo, es emergente. Nada es fundamental. Ciertamente, esto es plausible, dentro de la relatividad de Einstein. Siempre, una cosa es parte de otra.

Algunas teorías comentan que, antes de nuestro universo, podría haber existido otro anterior, y por tanto, “otro tiempo”. ¿Quién sabe? De hecho, por lo visto, existen indicios del nacimiento de un universo, dentro de nuestro universo. Entonces, se especula que, nuestro universo, procedería de otro universo, tal vez más grande. Aun así, esto no responde a nuestros problemas más fundamentales. Pero ¿si existen otros universos o existieron éstos, podrían tener otras propiedades? ¿Otras formas de materia? ¿Otras formas de tiempo? La conclusión fundamental, es la siguiente: Sabemos que, no podemos saber, cuál es el sentido real de la existencia de la realidad, o si lo tiene.

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Incansable buscador de nuevas preguntas. Técnico de Sonido, Realizador Audiovisual, Redactor, Locutor, Presentador, Youtuber. Es apasionante la incertidumbre de como será el futuro. La tecnología es clave para el desarrollo de nuestra sociedad y cambia nuestra forma de vida. Busco la unión entre la evolución tecnológica y la de la consciencia espiritual en total convergencia.

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