El pasado sábado 25 de junio se celebró la II Alerta OVNI de Foros y Radios del Misterio organizada por el equipo de Dimensión Límite. Un gran evento en el que participaron grupos e investigadores situados en Guadalajara, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Toledo, Valladolid, Ciudad Real, Álava, Asturias, Lugo, Cantabria, Helsinki (Finlandia), Cádiz, Madrid, Tenerife y Valencia. A este enorme despliegue se unieron Foros del Misterio, R.K. 20, Terra Incognita, Rumbo Infinito, El Ojo Crítico, Extrañologías, Mundo Parapsicológico, Tiempo Cero, Arcanus, Grupo SIPE, La Zona del Misterio, Expediente FDM, FDM: La Revista Digital, La Zona Oculta, Espacio en Blanco, Clave 7, Misterios, Ikerketa Paranormalak, Nueva Alcarria, La crónica de Guadalajara, Guadaque, Milenio, Es Radio, La Rueda del Misterio y Tras Los Límites.
Además, Radio EDENEX, en un especial dirigido y presentado por nuestro amigo Alberto Guzmán, se encargaría de realizar el seguimiento en directo, conectando con cada punto a lo largo de toda la madrugada. Se convertiría así en todo un centro de operaciones.
El mítico programa radiofónico Espacio En Blanco, que dirige y presenta Miguel Blanco, también añadía su grano de arena a esta iniciativa poniéndose en contacto en riguroso directo con alguno de los puntos de vigilancia.
Todo estaba organizado para comenzar a las 22:00 horas, (21:00 horas en Canarias). Tras concertar días antes con David Cuevas el lugar y los datos de contacto, nuestro equipo se puso en marcha. La predilección que Clave7 siente por este tipo de movimientos, unida a la pasión, casi amor, por la fenomenología ufológica nos impulsó a participar sin miramientos. Y escogimos para esta ocasión un lugar que ha sido escenario de ciertos fenómenos altamente insólitos. La Punta del Hidalgo se sitúa en la costa noroeste de Tenerife. Un lugar de creciente interés turístico pese a su accidentada geografía. Una costa áspera donde los haya, producto del «malpaís» o la llegada de sucesivas coladas volcánicas a la costa que se solidifican con enorme rapidez al entrar en contacto con el agua salada. Este negruzco manto rocoso procedentes de lo más profundo de la corteza terrestre, aunque ya limado por la erosión continua del océano, generó singulares formaciones entre las que destacan unas grandes oquedades a modo de piscinas naturales. En ellas, al bajar la marea, se crean mini ecosistemas en los que moran pequeños peces y crustáceos y que suelen servir de escondrijo temporal a moluscos de cierto tamaño. Pese a esto, recibe la visita casi incesante de bañistas y pescadores que buscan pasar un día de sol, brisa marina y atardeceres de cine.
Este lugar tuvo cierto eco durante los años 80′ debido a una teoría, promovida por cierto grupo de contactismo y, por que no decirlo, una casuística incipiente sobre la visión de luces que parecían salir o entrar al mar,  que apuntaba hacia la existencia de una base submarina extraterrestre. Algunos han sido los personajes de cierta relevancia en el mundo de la divulgación del misterio, como el propio Miguel Blanco, el Dr. Jiménez del Oso y por supuesto, Paco Padrón, los que visitaron con frecuencia esta localidad en busca de estos extraños sucesos. Y alguno de ellos ha afirmado abiertamente haber sido testigo de la aparición de una de esas extrañas luminarias.
Con esta premisa, nos desplazamos a este rincón de nuestra isla armados con todo lo que nos pudiera servir para observar el firmamento con detalle. Prismáticos de diversas potencias, un telescopio de 900 mm, un pequeño equipo informático preparado para identificar los cuerpos celestes que pudiéramos observar, una cámara fotográfica con diversas ópticas, unos refrigerios y paciencia, mucha paciencia.
20:45 horas:  Llegamos cuando apenas restaban minutos para el ocaso. El disco solar, de un color naranja intenso, se desplazaba presto a seguir su periplo cósmico tras la línea del horizonte. Aun no habían abandonado la zona los bañistas, por lo que todavía veíamos numerosos vehículos aparcados a un lado de aquella carretera tortuosa. Nos situamos a una veintena de metros del Faro de La Punta, una estructura altiva y post moderna, de un color blanco que contrastaba claramente con la negrura del malpaís. Escogimos esta localización por estar prácticamente desierta ya. Aparcamos el vehículo y descendimos hacia las rocas, un poco más abajo. Un llano entre aquellos grandes callados, compuesto de cantos rodados de menor tamaño, nos sirvió de refugio y de cuartel general. Antes de desplegar el equipo, decidimos disfrutar de los últimos segundos del atardecer y respirar un poco de aire puro.
21:30 horas:  El Astro Rey yacía y el color azul oscuro del cielo parecía ir desplazándose hacia el oeste como lo haría la cúpula de un observatorio. Pero la luz reinante era tal que aún podíamos movernos sin linternas y allá arriba no se apreciaban aún el brillo de las estrellas más atrevidas. Aprovechamos el momento para llenar los estómagos. Hacía unos instantes habíamos recibido la llamada de Natalia Sotillos, productora del programa Espacio En Blanco, para concretar la hora en la que Miguel Blanco conectaría con nosotros: sobre las 2:30 de la madrugada.
22:00 Horas:  Decidimos por fin desplegar el equipo. Aquella nubosidad situada en la cubre del Roque Dos Hermanos, a nuestras espaldas, nos acechaba con sigilo. Pero sobre nuestras cabezas se empezaron a dibujar infinitas combinaciones celestes. Montamos el telescopio y colocamos el objetivo de 200 mm en la cámara, apostada esta en su trípode. Comprobamos las brújulas para situarnos y consultamos el software astronómico para identificar aquello que observábamos. Justo frente a nosotros, inconfundible, La Osa Mayor. Cercana debía estar la Estrella Polar, señalando el punto exacto del norte celeste. Pero pese a su gran brillo no era visible. Aquello nos hizo pensar que la calima o cierta nubosidad baja había hecho acto de presencia.
22:30 Horas:  Aquel cielo era asombroso. Limpio y plagado de estrellas. A nuestra derecha, el faro nos acompañaba disparando haces de luz en todas las direcciones. Su figura sombreada invocaba al misterio. Fernando Álvarez se dirigía de tanto en tanto a la carretera, algo más arriba de nuestra posición, pendiente de recibir las llamadas de conexión con el equipo de EDENEX. Desde nuestro campo base la cobertura era pésima. Hasta el momento habíamos podido observar el paso de algún avión y uno o dos satélites artificiales. 
23:00 Horas: En una de las continuas subidas de Fernando al camino en busca de cobertura gsm, había recibido la llamada de Alberto Guzmán, de EDENEX. Comentamos las incidencias de la noche, pocas por el momento.
24:00 Horas:  En el transcurso de la última hora, el cielo había empezado a cubrirse poco a poco. Esto no terminó por desanimarnos. La temperatura, sin embargo, seguía siendo plácida. Seguimos expectantes mientras tratábamos de «arreglar el mundo» derivando nuestra conversación por las más diversas cuestiones.
La nubosidad se hizo más densa por minutos y por desgracia, no volvió a marcharse. Podíamos apreciar como el foco luminoso del faro, reflejado en las nubes más bajas, realizaba una órbita de 360 grados. Así permaneció hasta que llegó el momento de conectar con Espacio En Blanco.
2:00 Horas: Fernando Álvarez se había apostado definitivamente junto a su vehículo. Mientras, consultaba las incidencias que algunos participantes notificaban a través de Facebook. Al parecer, alguno había tenido la suerte de ser «visitado» por un supuesto OVNI. En nuestro caso no había novedad alguna que comentar hasta el momento. Sin embargo, algo parece no ir bien. El teléfono móvil de contacto pierde repentinamente toda la cobertura. A través de un mp4 sintonizamos el programa para seguir las conexiones que Miguel Blanco iba haciendo con otros grupos. 
2:15 Horas: No hay manera. Fernando observa sin dar crédito la pantalla de su móvil, como la señal gsm fluctúa. «¿Qué demonios pasa? -piensa en voz alta-, Si he estado hablando toda la noche por este móvil…»
2:30 Horas: Comienzan las conexiones en Espacio En Blanco. Escuchamos a Miguel comentar en antena que no le es posible contactar con nosotros. Fernando comienza a realizar una singular peregrinación sin sentido ni orientación en busca de una «rayita» de cobertura. 
2:40 Horas: Situado en la negrura más absoluta, se ilumina su rostro al recibir un mensaje del servidor anunciándole que cierto número de teléfono le había llamado cuando estaba «sin conexión». Por fín, pensó con alivio, mientras se apoyaba en el murete situado a los pies del mismo faro. 
2:50 Horas: Miguel Blanco hace un llamamiento en las ondas a Fernando, rogándole que busque un lugar donde su móvil pueda recibir mejor una llamada ¿Qué pasa? Al comprobarlo, descubre como su teléfono, de nuevo, se ha quedado literalmente «en blanco». Nos miramos sin saber que decir. Por curiosidad, le echamos un vistazo a mi propio móvil, que curiosamente usa el mismo operador que el suyo. Aquello no tenía sentido ¡Yo si tenía cobertura!
3:00 Horas: Espacio En Blanco finaliza. Seguimos sin entender que ha pasado con el móvil de Fernando. En el cielo aparecen algunas clareas entre la nubes. Pero rápidamente vuelven a desaparecer. La temperatura ha descendido levemente.
Por decisión unánime, dimos por terminada nuestra aventura. Recogimos los bártulos y dejamos aquel lugar, como hacemos siempre, sin dejar la más mínima huella de nuestra presencia. Nada destacable que notificar. Solo la compañía de cuatro amigos y el ronroneo incesante del oleaje. Una noche más al raso, a la espera de lo insólito. Una jornada más para anotar en nuestro Diario de A Bordo. Otra vez será… pero que sea pronto.

Si quieres escuchar y descargar la retransmisión completa del seguimiento de Radio EDENEX, pincha aquí.
En breve pondremos a vuestra disposición el enlace para escuchar el seguimiento que pudo hacer también Miguel Blanco desde Espacio en Blanco. 

Texto y Fotografía: Carlos Soriano 

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Soy Desarrollador Web especializado en WordPress. Webmaster, Gestión de Blogs, Gestión de Alojamiento Web y Dominios. Además, soy Locutor de Radio y Fotógrafo Aficionado...

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