El argumento de la película, que pronto se estrenará en las pantallas de nuestros cines, cuyo director y guionista es Olatunde Osunsanmi, dice contar hechos reales, acaecidos en Nome, Alaska. Basados en las investigaciones publicadas en el Alaska Psychiatry Journal, por una doctora en psicología llamada Abigail Tyler. Este es nuestro análisis sobre La Cuarta Fase ¿Hechos Reales o Ficción?
El fenómeno de las Abducciones
Sus investigaciones se centraron en diferentes pacientes suyos, que manifestaban alteraciones del sueño. Estos presentaban ciertos y extraños paralelismos en sus relatos. La doctora, somete a los mismos a un intento de reconstruir sus recuerdos, mediante hipnosis clínica, donde manifiestan un estado histérico de conducta. Y este estado, parece estar producido por una traumática visita de seres no terrestres. Lo que, en el argot ufológico, se conoce como abducción. Para dar cierto realismo al relato, se presentan, durante todo el film, imágenes y grabaciones de audio extraídas de los archivos personales de la citada doctora.
Desde su estreno, hace ya unos meses, en el mercado norteamericano, a arrastrado por la red de redes la pregunta ¿Son realmente “reales” los hechos en los que se basa? Aún, teniendo en cuenta, lo aparentemente fantástico del matiz de estos hechos, si cuentan con una fuente, cuando menos, bibliográfica.
Budd Hopkins, afamado escritor ufológico especializado en abducciones, fue uno de los primeros en publicar sus trabajos fruto de sus investigaciones, usando la hipnosis regresiva para recuperar los recuerdos. Una característica propia de estos tipo de fenomenología, es el llamado “tiempo perdido”, que los testigos manifestaban haber sufrido durante extrañas experiencias. Muy similares estas, a las relatadas en la película. De ahí el título de su libro “Missing Time”. Hopkins, sorprendido por la impresionante recopilación de casos de este tipo. creó la Intruder’s Fundation. Una organización sin ánimo de lucro, que sirve como auxilio psicológico para todo aquel que haya sufrido una de estas experiencias.
La Ciudad de Nome
Pero, los “hechos reales” del film, están ubicados intencionadamente en una región determinada. En Nome, Alaska. Una pequeña ciudad, creada por la “Fiebre del Oro” allá por el año 1899, en la que la población aumentó hasta 28.000 almas. Está situada en el lado sudoeste de la península Seward, al borde del Mar de Bering, noroeste de Alaska. En su población actual reza unas 3.500 personas. La industria del oro aún sigue presente, aunque en mucho menos escala. Además, se trata de la célebre meta de la famosa “Carrera de Trineo de Perros de Idiotarod”. Un recorrido de casi 1.700 kilómetros, a través de la nación.
¿Por que en Nome? Pues, la clave reside en unos acontecimientos que, salvo por la teoría de la película que analizamos, tienen una causa mucho más mundana. Aunque revestida de cierto misterio.
Entre los años 1960 y 2004, se dieron lugar numerosas desapariciones sin rastro y muertes en circunstancias extrañas. Sobre todo de miembros de la comunidad indígena, que vive en la zona. Muchas de ellas, mientras se trasladaban, desde diferentes poblaciones de la región con destino a Nome. Estos hechos, investigados inicialmente por la policía local, en colaboración con la organización nativa Kawerak Inc., fueron derivados en 2005 al FBI. Se tomó esta decisión, tras barajarse la teoría de que se tratara de un asesino en serie, con inclinación claramente racial.
El FBI investiga las desapariciones en Nome
En 2006, mediante una rueda de prensa, el FBI hizo públicas sus conclusiones. En la mayoría de los casos, la muerte o desaparición, se había producido por congelación. Unos, por exposición directa al paraje helado de la zona, en ciertas épocas del año. Otros, por caídas accidentales al río Snake. Hay que tener en cuenta que, la ciudad de Nome, se encuentra muy cercana al Circulo Polar Ártico.
Descartaron la hipótesis del asesino en serie, debido a la ausencia de traumatismo alguno en los cuerpos encontrados. Además, por un paralelismo encontrado en la mayoría de los cuerpos hallados. La excesiva ingesta de alcohol. Por otro lado, aislamiento temporal entre los casos, durante cuarenta años. Los pormenores de estas conclusiones, fueron publicadas en “The Anchorage Daily News”, el 30 de junio de 2006.
La Cuarta Fase ¿Hechos Reales o Ficción?
Los amantes europeos del género, esperaran, supongo, una película entretenida que incluir en su videoteca temática. Pero, no todos los que ya la han visto, están contentos con el resultado. La comunidad indígena del poblado de Nome y, en cualquier caso, los familiares de los víctimas y desaparecidos, esta película es un intento de tomarse a mofa unos hechos indudablemente traumáticos, que truncaron sus vidas. Además de su intención, claramente lucrativa.
Como apunte final, para los que siguen preguntándose si, los casos relatados en la película, tienen algún viso de real, puedo destacar un artículo publicado también en el citado A.D.N, en septiembre del año pasado. Amén de hacerse eco de las declaraciones de desagrado por parte de la Kawerak Inc., sobre la teoría extraterrestre de las desapariciones, detalla un curioso intento de desestimar la veracidad de la película. Según la Junta de Licencias del estado de Alaska, se detalla en dicho artículo, no existe ninguna licenciatura a nombre de “Abigail Tayler”. Tampoco se ha encontrado una evidencia contrastada de la supuesta publicación científica “Alaska Psychiatry Journal”.
Esto, hace pensar a algunos internautas y foreros, quienes se han ocupado de realizar análisis mucho más minuciosos, que estos datos forman parte de, lo que se ha dado en llamar en los últimos tiempos como, “marketing viral”. Una estratagema pseudo-realista de enganche para vender la película.
Si bien es cierto que, pese a la conclusión del FBI, siguen existiendo sospechas, entre los lugareños, de que ciertos motivos raciales pueden ser la causa de alguna de las muertes y desapariciones. Uno de los casos, hace referencia a un vecino de la ciudad de Savoonga, cercana a Nome. Este vecino, viajó a esta para comprar un Snowmachine, un vehículo para desplazarse sobre la tundra nevada. Y jamás volvió a su casa.
En definitiva, la película, lejos de ser un resumen de acontecimientos reales, no es más que una teoría infundada. Usa la bibliografía existente sobre la fenomenología ufológica típica, para los llamados encuentros cercanos, para justificar la causa de aquellos sucesos extraños. Unos hechos históricos, bien detallados e investigados por los organismos gubernamentales, que nada parece tener que ver con seres de otros mundos.
Pero es que, a fin de cuentas, no es más que una película.