A lo largo de mi vida, he podido ver de todo, porque hay de todo, claro está. Pero siempre he pensado que, lo que prevalece, es la bondad, la honestidad y todo lo que conllevan los principios. Pero, sólo en las personas que, tienen la inmensa suerte de saber el significado de «principios».
Hoy por hoy, me siento muy afortunado de tener, a mi alrededor, personas de las que siento un gran orgullo. En cambio, la decepción, en forma de engaño, está al acecho. Siempre he creído que, a medida que vamos cumpliendo años, vamos siendo más buenas personas. Que nos humanizamos más porque, entre otras cosas, vivimos la vida aprendiendo. Y, es la propia vida, la que nos enseña.
Pero ¡que pena! Hay gente mayor, que es capaz de destruir la ilusión, el trabajo y hasta el futuro, de los jóvenes con toda una vida por delante. Pero no hay destrucción, ni engaño, que pueda con la fortaleza de determinadas personas que, con toda seguridad, llegarán a la cima y colocarán su bandera. Demostrando así, que nada es imposible y que la fuerza del mal, no puede jamás con la fuerza del bien.
Las bondades están por encima de todo y todo tiene su premio y su castigo. Eso lo veremos. Así funciona el Universo, así funciona quien lo creó.