Caminar sobre brasas ardiendo, romper una flecha que apunta a tu cuello, por drásticos y peligrosos ejemplos que estos puedan parecer, no son más que intentos de hacernos salir de nuestra llamada “zona de confort”. De desviar nuestra atención, habituada al bombardeo diario de estímulos externos, hacia lo que realmente ocurre en nuestro interior. “Gnosce te ipsum”, el milenario aforismo griego que tantos filósofos compartían como el verdadero camino hacia el conocimiento. “Conócete a ti mismo”.
José Carlos Gil Marín, escritor y periodista, encontrándose en esta afanosa búsqueda, nos cuanta sus experiencias y cábalas sobre tal asunto.
Cuando plantemos la posibilidad de traer a nuestro programa este tema, no imaginamos que la actualidad volvería a añadir más ingredientes trágicos a la casuística de desapariciones en el Mediterráneo. Sean cuales sean sus causas, lo cierto es que el historial de nombres que rezan como “desaparecidos en acto de servicio”, ya empieza a engrosarse.
Aunque el caso del MS804 de la Egyptair no ocurre en la zona que abarca el llamado “Triángulo del Mar de Alborán”. Este ha sido escenario de desapariciones sin una conclusión clara por parte de la investigación oficial, de avistamientos ovni y de espionaje durante la Guerra Fría, ingredientes que bien han servido para incluir estas coordenadas entre “Los 12 Triángulos de La Muerte” que contabilizó Antonio Ribera hace ya 40 años.
