Fotografía extraída de “Submarinos y Arqueología Nazi en Canarias” de Jaime Rubio Rosales. |
La historia la escriben los vencedores, dijo George Orwell. Y los historiadores lo saben muy bien. Y estos también saben que, en demasiadas ocasiones, estos vencedores no son tan fieles a la realidad como, el hombre futuro que lee sus crónicas, quisiera desear. La pulcra investigación acaba barriendo el sedimento que oculta las tapias de los muertos, deshaciendo de un manotazo la mugre impuesta sobre ciertos documentos. Y así, algunos han descubierto hasta que punto una de las facciones político-militares más peligrosas del siglo XX quiso convertir a Canarias en un fortín. Bunkers de vigilancia a cientos por las costas, edificios francos, túneles de acceso secretos, submarinos que dragaban en nuestros muelles sin inconveniente alguno, adiestramiento militar de las tropas españolas, aeronaves con la insignia de la Luftwaffe en la Base Aérea de Gando.
¿Sabían que la Ahnenerbe de Himmler estaba convencida de que lo pobladores canarios eran descendientes de una antigua estirpe nórdica? ¿Y que los tratados antropológicos más detallados de nuestros ancestros fueron postulados por esta sombría academia de ciencias?
Para la segunda hora nos visita una valiente que se atreve a contar la experiencia personal que cambió su vida. “Victoria”, productora de profesión, nos cuenta como tras de un sueño enigmático, una extraña sensación se instala en su ser. Los acontecimientos se concatenan de manera inesperada para ella, mientras esa sensación se hacía cada vez más “presente”. Una “guía” invisible, que la lleva a viajar al “continente negro” para vivir una aventura inolvidable. “Algo” que no puede ver, “Algo” que siente de una manera que su raciocinio no puede explicar. Una “guía” que la impulsa más allá de su natural escepticismo, le ayuda a descubrir los oscuros entresijos del tráfico de esclavos y la inmigración ilegal. Una vivencia transformadora.