Hoy quería hablarles de este tema tan profundo para cada uno de nosotros. Las emociones. Las tenemos, las llevamos dentro, hay que sentirlas para luego soltarlas.
Cuando estamos en una situación de felicidad, nos mostramos eufóricos. Nos sale, con mucha facilidad, la sonrisa y las afabilidades para con los demás. Necesitamos compartir el sentimiento de alegría y plenitud.
Al contrario, cuando nos hacen daño, nos causan un sufrimiento, sentimos el dolor. También hay que soltarlo y dejarlo ir. En este caso, procuramos, casi siempre y por norma, no compartirlo. Pero esto no es tan fácil. Los factores de bloqueo, inquietud, incredibilidad… nos causan ese nerviosismo y malestar. Esto son situaciones que se viven dentro de lo normal, lo habitual.
Pero, es mucho peor y mucho más triste, ver cada día que las emociones se esfuman. Como si todo diera igual. Se juega con los sentimientos, las emociones y el sufrimiento. Las alegrías, difícilmente pueden ser compartidas, porque si te muestras feliz, radiante, sonriente, ya es motivo de envidia y desazón, por esa energía tan maravillosa que irradia luz.
Me produce cierta decepción, que podamos perder las emociones por falta de humanidad, solidaridad y la unión que yo viví y que vivo.
Tenemos que re-aprender a reír y a llorar libremente. Trabajemos por las emociones y sentimientos que nos hacen ser más auténticos.
Les envío mis felicitaciones Navideñas llenas de amor, alegría y mucha paz para todos, y me despido hasta la próxima.