Pocos imaginaron que, aquel artículo de New York Times, Glowing Auras and ‘Black Money’: The Pentagon’s Mysterious U.F.O. Program, provocaría un auténtico revuelo entra la cúpula política y militar de los Estados Unidos. Ahora, algo más de 3 años después, el creciente interés por parte de estos estamentos, ha dado lugar a un hecho insólito. Que los E.E.U.U. notificaran abiertamente, una seria preocupación por los “Fenómenos Aéreos No Identificados”. E aquí, El Informe de la Inteligencia de Estados Unidos sobre OVNIs.

52 años después del proyecto Blue Book

Más de cinco décadas han pasado, desde que se clausurara el proyecto Blue Book. Y desde entonces, los fenómenos, que la cultura ha llamado OVNI, han ido convirtiéndose en un asunto marginal para el estamento militar y político de Estados Unidos.

Pero en 2017, el artículo mencionado al inicio de este post, firmado, entre otras, por la afamada investigadora Leslie Kean, ha levantado grandes suspicacias entre ciertos políticos norteamericanos. Quizá quien encabeza la lista es Christopher Mellon, quien fuera subsecretario adjunto de inteligencia para la defensa, bajo el mandato de dos presidentes. Un programa ultra secreto, para investigar objetos no identificados, que atravesaban impunemente el espacio aéreo del país. Un programa, que pocos aseguraban conocer. Los testigos eran, ni más ni menos, personal militar altamente cualificado. Una casuística de avistamientos preocupante, que los más altos cargos militares y políticos ignoraban.

Los Ovnis del Pentágono

La filtración de unas, inicialmente supuestas, grabaciones en vídeo, añadió, si cabe, más leña al fuego. En ellas, se mostraban objetos extraños y fueron realizadas por pilotos de la marina estadounidense, en pleno vuelo. Los llamados “Ovnis del Pentágono”, inicialmente tres, a los que se les unirían dos más, se hicieron tan virales, que motivó que el Pentágono se pronunciara. Y para sorpresa de propios y extraños, lo hizo autentificando la naturaleza de las filmaciones.

En Clave7, hemos estado atentos a la polémica. Si quieres conocer más detalles, te invito a leer “Los Fenómenos Aéreos Anómalos son una cuestión de estado”. Además de E.E.U.U., países como Japón o Israel, han declarado su interés por investigar estos fenómenos.

Ni extraterrestres ni Proyectos Secretos

A comienzos de este mes, y de nuevo por parte de “The New York Times”, se filtra a la opinión pública, que el informe anunciado por John Ratcliffe a mediados de marzo, estaba a punto de ver la luz. Al parecer, el mismísimo Donald Trump, había solicitado una investigación al Comité de Inteligencia del Senado, sobre este asunto. Si quieres conocer algo más sobre esta filtración, te invito a leer “Ni son Extraterrestres, ni proyectos secretos de los E.E.U.U.”.

John Ratcliffe, que fue director de Inteligencia Nacional bajo el mandato del expresidente Trump, aseguró que este informe contendría unos 120 casos. Y que se haría público, en torno al 25 de junio. Al menos, una parte, ya que otra sería de régimen estrictamente confidencial.

El Informe de la Inteligencia de Estados Unidos sobre OVNIs

Y cumplieron. Hace apenas tres días, se hizo público el informe titulado “Preliminary Assessment: Unidentified Aerial Phenomena”. En su traducción “Una revisión preliminar: Fenómenos Aéreos No Identificados”, fechado el 25 de junio de 2021, por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.

Carátula de el Informe de la Inteligencia de Estados Unidos sobre OVNIs

En sus nueve páginas, podemos leer afirmaciones muy interesantes. Según aseguran, “la cantidad limitada de informes de alta calidad, sobre fenómenos aéreos no identificados (UAP en sus siglas en inglés)”, obstaculiza su capacidad para sacar conclusiones firmes sobre la naturaleza o la intención de estos objetos. Al parecer, la gran mayoría de los casos investigados, han tenido lugar en zonas de entrenamiento militar. Por sospechoso que resulte esto, los investigadores aseguran  que “esto puede ser el resultado de un sesgo en la recolección, como resultado de una atención focalizada, un mayor número de sensores de última generación operando en esas áreas, expectativas de la unidad y orientación para reportar anomalías”.

Por ello, la investigación “se concentró en la revisión de informes que ocurrieron entre 2004 y 2021. La mayoría de los cuales son el resultado de este nuevo proceso personalizado para contabilizar mejor los eventos de UAP mediante informes formalizados”. Por otro lado, “la mayoría de los UAP reportados, probablemente representan objetos físicos, dado que en su mayoría, se registraron a través de múltiples sensores, que incluyen radar, infrarrojos, electroóptica, buscadores de armas y observación visual.”

“En un número limitado de incidentes, según los informes, los UAP parecían exhibir un vuelo de inusuales características. Estas observaciones, pueden ser el resultado de errores del sensor, suplantación o percepción errónea del observador y requieren un análisis riguroso adicional.”

144 casos investigados

Pese a estas afirmaciones, encontramos que:

  • Son 144, los informes investigados, ocurridos entre noviembre de 2004 y marzo de 2021. Y todos “se originaron en fuentes del Gobierno de los Estados Unidos.”
  • De estos, en 80 informes están involucradas observaciones con múltiples sensores.
  • Que “la mayoría de los informes, describieron a los UAP como objetos que interrumpieron el entrenamiento planificado previamente u otra actividad militar.”
  • En “18 incidentes, descritos en 21 informes, los observadores informaron de patrones de movimiento o características de vuelo inusuales. Algunos UAP parecían permanecer estacionarios, a pesar de los vientos en altura, moverse contra el viento, maniobrar abruptamente, o moverse a una velocidad considerable, sin medios de propulsión discernibles.”
  • “En un pequeño número de casos, los sistemas de las aeronaves militares procesaron energía de radiofrecuencia (RF) asociada con los avistamientos de UAP.”

Probablemente los UAP no tienen una sola Explicación

Así titulan un apartado del informe, en el que realizan una curiosa clasificación. Al parecer, el groso de los casos investigados podrían obedecer a una de las siguientes cinco causas:

  1. Desorden en el aire: Así titulan la primera clasificación, en la que incluyen como posible causa a pájaros, globos, vehículos aéreos recreativos no tripulados. O, escombros en el aire, como bolsas de plástico, que pueden crear una escena confusa y afectar a la capacidad del operador para identificar objetivos reales, como aviones enemigos.
  2. Fenómenos atmosféricos naturales: que incluyen cristales de hielo, humedad y fluctuaciones térmicas, que pueden registrarse en algunos sistemas infrarrojos y de radar.
  3. Programas de desarrollo industrial: algunas observaciones de estos objetos podrían atribuirse a desarrollos y programas clasificados por entidades estadounidenses. Sin embargo, dice el informe “no pudimos confirmar que estos sistemas representaron cualquiera de los informes de UAP que recopilamos.”
  4. Sistemas de adversarios extranjeros: que representaría la clasificación más alarmante, algunos de estos objetos pueden ser tecnologías implementadas por China, Rusia u otra nación o una entidad no gubernamental.
  5. Otro: en esta clasificación incluyen todos aquellos casos, cuya correcta identificación no se ha efectuado. Pero dicen más. “Aunque, la mayoría de las UAP descritas en nuestro conjunto de datos, probablemente permanecerán sin identificar, debido a datos limitados o desafíos para el procesamiento o análisis de la recopilación. Es posible, que necesitemos conocimiento científico para recopilar, analizar y caracterizar con éxito algunos de ellos.” Eso sí, dejan claro que van a “centrar un análisis adicional en el pequeño número de casos donde un UAP parecía mostrar características de vuelo inusuales.”
El departamento de Inteligencia de los EEUU aseguran que no han podido confirmar que los casos investigados estén causados por programas clasificados.
El departamento de Inteligencia de los EEUU aseguran que no han podido confirmar que los casos investigados estén causados por programas clasificados.

Los estigmas socioculturales y las limitaciones de los sensores

Resulta curiosa, cuando menos, una nota sobresaltada en la página 4, que reza así:

“Los estigmas socioculturales y las limitaciones de los sensores, siguen siendo obstáculos para la recopilación de datos sobre los UAP.”

Y es que, muchos de los testigos de estos casos investigados, manifestaron que fueron objeto de burlas y menosprecio, cuando intentaron informar de sus experiencias. Al mismo tiempo, saben que el riesgo a exponerse públicamente a las burlas de sus compañeros, hace que muchos observadores y testigos, perfectamente cualificados, permanezcan aún en silencio. Algo que, dicen, dificulta la búsqueda científica del tema.

Como equipo de investigación civil, en el caso de Clave7, poco podemos decir sobre las características tecnológicas de los aparatos de detección de ninguna aeronave de combate, o estación de radar. Pero quizá, si tenemos mucho que contar sobre “los estigmas socioculturales” de los que habla este informe.

Hasta aquí, un breve resumen de lo que incluye el Informe de la Inteligencia de Estados Unidos sobre OVNIs. Si quieres leer completo el documento original, en inglés, estás en el sitio correcto. Hemos hecho la tarea, y hemos descargado para ti el documento en PDF.

¡Hasta la próxima!

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