Hoy quisiera hablar de un tema de alguna manera casi desconocido. Hablamos mucho sobre la salud de nuestro cuerpo, la salud de nuestra mente, la salud sexual, pero todo esto va unido por un hilo conector del que depende todo lo demás, e incluso la felicidad. Es la salud de la consciencia.
Si vivimos en un estado de consciencia libre y en paz, siendo conscientes de que todo lo que hacemos va en concordancia con el bien, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra sexualidad y todo el conjunto en general, se sentirá plenamente lleno, rebosante de felicidad y paz interior.
Ahora, si por el contrario, descuidamos todo lo anterior, supondrá un desastre, no solo para la persona que genera el mal, sino para los que están en su entorno. Ellos son los que más sufren las consecuencias, porque al descuidar y desatender todo lo beneficioso, empiezan a tener sentimientos tremendamente hostiles hacia el prójimo. Sentimientos como celos, envidias, odio.
Y también estamos hablando de un hilo conector ligado a la consciencia. Esto produce unas ciertas irascibilidades que incluye, de manera bestial, la maldad del ser humano. Entran en una dinámica de la que difícilmente se pueden evadir. Y sus consciencias no los dejan encontrar la paz, la tranquilidad. Y, muchísimo menos, la felicidad. El organismo se enferma y deteriora en todos los sentidos de la vida.
Por lo tanto, y es una sugerencia, trabajemos un poco más en mantener la salud de la consciencia. Porque les garantizo una felicidad plena.