Tampoco se aprecian cambios significativos en la temperatura de la estancia. El susto, como es de imaginar, es mayúsculo. Y esto ha llevado a que Carmen haya tenido que acudir en más de una ocasión, en plena madrugada, en pos de los gritos del testigo. Ella ha manifestado al equipo de Clave 7 que no ha visto nada, en ninguna de las ocasiones. Pero nos asegura con total convicción que siempre encuentra a nuestro testigo sensiblemente alterado y completamente despierto.
De tal modo que en cierta ocasión, ante los ruegos de Carmen al testigo a que se sincerara con ella, este, claramente extrañado, le respondiera “Pero ¿es que tú no los ves?”.
En una previa visita de reconocimiento, el equipo de Clave 7 rastreamos todas las estancias y recovecos usando nuestros equipos de detección, además de entrevistar a los testigos principales. Salvo la presencia de campos iónicos sin relevancia y ciertas alteraciones telúricas, nada más reseñaron nuestros sensores. Lo que nos hizo llegar a la conclusión de que dichas alteraciones estarían motivadas por la localización geográfica de la edificación. En una exploración posterior pudimos corroborar que la casa está construida justo encima de un antiguo canal de agua, que aún sigue en uso, que trasporta, como muchos otros ubicados por todo el municipio, el agua proveniente de los barrancos de las cumbres.
“[…] un espantoso temblor de tierra vino de golpe a sembrar el terror entre los habitantes. En menos de tres horas, los distritos más inmediatos al volcán que hacía erupción, contaron hasta 23 sacudimientos. Al día siguiente estos movimientos convulsivos redoblaron su violencia y continuaron con intermisión durante tres meses.”
Y es que entre diciembre de 1.704 y febrero de 1.705 entraron en erupción, de manera consecutiva los tres volcanes que coronan la vertiente sur-este de la isla, llamada Dorsal de Pedro Gil. El primero de ellos, el 31 de diciembre, fue el de Siete Fuentes, situado en el llano llamado “De los Infantes”, en la vertiente más oriental de Las Cañadas del Teide, en el municipio de Arico, a escasos kilómetros de Güimar. Le siguió el volcán de Fasnia, el 5 de enero del año siguiente, a poca distancia del primero y situado sobre la dorsal que separa dicho municipio del de Güimar. La última erupción, el 2 de febrero, vino de parte del volcán de Arafo, situado en la cumbre del municipio del mismo nombre, hacia el noreste, también de Güimar. De este modo, el municipio que nos ocupa quedó justo en el centro de toda aquella actividad sísmica y vulcanologica. Y ya sea por los corrimientos de tierra provocados por los seísmos o por las emulsiones de magma, el barranco del Río dejó de brotar. Como dato curioso a tener en cuenta está la toponimia del lugar en que se sitúa la Villa Ariadna, que nos llega hasta nuestros días como Lomo de “Fuego”.
Al margen del motivo principal de nuestra investigación, quisimos entrevistar a vecinos del municipio que nos contaron multitud de leyendas de la zona y nos pusieron en la pista de otros enclaves emblemáticos del municipio que han sido escenario de fenómenos que bien merecerían una investigación más a fondo por nuestra parte. Este es el audio de dicha entrevista:
Gracias a todos ellos por regalar a Clave 7 unas horas de charla amena y por su valentía al compartir con nosotros, ante nuestras cámaras, la misma pasión por el misterio de ciertos sucesos que en la mayoría de los casos rozan, sean cuales sean, los límites de nuestra realidad.