Las nuevas innovaciones técnicas en torno al desarrollo de la tecnología harán que cambiemos desde la base todo el establecimiento económico y financiero de nuestra sociedad. Los robots no salvarán las pensiones del futuro.
A priori puede resultar negativista el título del artículo que hoy nos ataña. Sin duda abre un campo de posibilidades muy interesante en la restructuración de la nueva sociedad. Si muchos pensaban que la sustitución de robots por humanos en trabajos mecánicos iba a ser la solución para garantizar las pensiones, están muy equivocados. Un grupo de expertos se han dado cita hoy en unas jornadas organizadas por la Analistas Financieros Internacionales, (AFI). En el comité, el profesor de economía digital del Massachusets Institute of Technology (MIT), Seth Benzell dice que la sociedad aún hoy por hoy no está preparada para este cambio. Hay otras opiniones como las de Nuria Oliver, directora de Investigación en Ciencia de datos de Vodafone, argumenta que hay que cambiar el diseño del trabajo y que el concepto de jubilación que manejamos en la actualidad está obsoleto.
«En España el 12% de trabajos de producción van a ser automatizados y en EEUU el 33%»
Estos expertos en conclusión general opinan que hay que trabajar en diseñar esa sociedad que la inteligencia artificial está diseñando. Crear nuevas herramientas de adaptación y mucha campaña de concienciación para mentalizar a las personas. Benzel matiza que los principales trabajos que van a relucir en el futuro juegan un papel fundamental la inteligencia artificial. En España el 12% de trabajos de producción van a ser automatizados y en EEUU el 33%. Con ello se llegó a la conclusión de que no se necesita que las personas trabajen 40 horas semanales. Pero claro, no todo es tan positivo. Vaticinan una situación discriminatoria que aún más separará a distintos trabajadores y sectores, por un lado las personas bien formadas en el ámbito de ciencia, creatividad, informática y demás, estarían ganando mucho dinero y en muy buenas condiciones de trabajo, mientras que los que ocupen puestos de trabajos mecánicos de producción serán casi escasos y muy mal pagados.
«El reto está en canalizar toda la riqueza que genere toda la nueva producción»
Ante este panorama en dicha reunión asomó un concepto no tan moderno pero que ha estado dando vueltas casi en la sombra, colándose tímidamente en conversaciones políticas y finalmente casi como bandera en algunos partidos políticos progresistas. Apareció la renta básica universal. Y es que la jubilación como concepto, tiene poco sentido según estos expertos. Así que no hay que alarmarse en el tema de que las máquinas nos dominarán, sino que suplirán todos aquellos trabajos mecánicos y de esfuerzo, pero seremos nosotros los humanos los que sigamos decidiendo sobre ellas. En última estancia, el debate de las pensiones está ligado a la reducción de las desigualdades más que a la financiación de la misma y se plantea canalizar esa riqueza que va a generar toda esa producción hecha por las máquinas y el reto es gestionarla porque por ello, las personas tendrán más tiempo para pensar en tareas de innovación, lo cual será más constante ya que tendremos más tiempo que nuestros predecesores.
La idea que más calza para desarrollar y llevar a cabo todos estos cambios es la aprobación de una renta básica universal y así ésta cubrir las necesidades básicas de los ciudadanos. Así se resuelve el problema de garantizar unos ingresos a los trabajadores no cualificados para los empleos tecnológicos, pero también garantiza al resto una base sobre la que canalizar la innovación, como por ejemplo abrir un nuevo negocio teniendo siempre el colchón de la Renta asegurado. Esto permite que las personas se arriesguen más a experimentar y encaminar sus ideas.