Un estudio de la universidad de Harvard revela que el ayuno intermitente podría tener beneficios importantes para la salud e incluso prolongar la esperanza de vida. El secreto de una buena salud: ¿La Mitocondria?
Prolongar la esperanza de vida es un debate y un deseo aún hoy por hoy fresco y latente desde hace miles de años. Los seres humanos siempre han perseguido los poderes y atribuciones divinas de las que gozaban sus dioses. Lo curioso es que a día de hoy en términos de ciencia se hablaban de telómeros. Ellos se encargan de proporcionar estabilidad estructural en los cromosomas y son los responsables en proveer la división celular tantas veces sea posible. Pero al margen de estos elementos, en este estudio la verdadera protagonista son las mitocondrias. Son importantes porque se encargan de almacenar y transformar la energía de cada célula, son como pequeñas centralitas energéticas.
«Sabemos de nuestras amigas desde el año 1888 en el que sospecharon de su existencia y que en 1963 Margit M. K. Nass y Sylvan Nass descubrieran la presencia del ADN mitocondrial, dentro de la misma mitocondria y que ésta genera mucha información de la parte materna.»
Así que este estudio publicado en Cell Metabolism nos explica que un ayuno intermitente y la manipulación de las mismas mitocondrias en estados bajo de energía podría ser la puerta a la ampliación de la esperanza de vida humana. Y seguramente os preguntareis: ¿Cómo lo hicieron?
La respuesta a esta pregunta se encuentra en unas lombrices llamadas C elegans, las cuales solo viven 2 semanas. Con estas características los científicos podrían monitorizar como si fuese un timeleapse toda una vida de estos seres en tan solo dos semanas. Gracias ello, pueden ver en poco tiempo todos los cambios del metabolismo de estos seres. Así que en las conexiones que se producen en las células, dentro de las mitocondrias ocurren dos estados que funcionan a modo de “palanca”. Si manipulábamos las conexiones dejándolas en tan solo un estado, el que favorecía la juventud, se descubrió que las lombrices no fallecían.
Los investigadores opinan que aún están apenas empezando a entender la causa fundamental de estos resultados. Pero apuntan por una propiedad interesante, la plasticidad de la mitocondria, el poder manipularla. Dicho de otra manera, se podría prolongar estos estados de baja energía de manera indefinida que solo se conseguían con el ayuno. Si es cierto que aún falta incluir análisis de los efectos en las conexiones de las mitocondrias de los mamíferos.
Sin duda estamos a un paso de conseguir prolongar la esperanza de vida y conseguir beneficios importantes para la salud.