Estaríamos hablando de seres superiores a nosotros debido a la alta capacidad de recepción de estímulos, mortalidad y eficiencia con el ecosistema ya que las plantas tienen más sentidos que los seres humanos.
En artículos anteriores de esta sección te hablaba de “los árboles hablan” que contábamos las peripecias del controvertido biólogo David George Haskell. Estuvo un año entero recabando datos y examinando un pequeño metro cuadrado en donde se encontraba un pequeño árbol. En este estudio minucioso que culminó en su libro “en un metro de bosque” se dio cuenta de muchos aspectos sutiles del comportamiento de estos seres majestuosos. Como por ejemplo había una comunicación directa y perfecta a través de envío de químicos en su mundo de las raíces que se codificaban en tomas de decisiones para el crecimiento horizontal de todos los seres del bosque.
Con creces y sin ninguna duda hemos subestimado a estas especies, y sobretodo su grado de inteligencia. Ello se debe a nuestra limitada visión antropomórfica de la realidad. A veces se nos olvida que ellos son la pieza vital de la cadena de la vida en la tierra, al producir oxígeno. Y nos impresiona o nos hace olvidar quienes son debido a su amplia sutileza en muchos aspectos.
Hace poco tiempo surgió una entrevista en un medio de comunicación chileno a el neurobiólogo vegetal Stefano Mancuso de la universidad de Florencia. Nos comenta que se han descubierto que las plantas poseen nuestros sentidos más 15 adicionales. Percepciones como detección de cambios eléctricos, campo magnético, presencia de patógenos etc… El científico argumenta evidentemente que no tienen ojos y oídos como nosotros, pero si perciben gradaciones de la luz y las vibraciones sonoras.
Si nos fijamos existe un mito popular que nos cuenta que a las plantas les gusta la música. Lo más curioso del asunto es que puede tener algo de cierto. Al menos las frecuencias bajas de entre 100hz hasta 500hz favorecen la germinación y el crecimiento de las plantas. Lo más interesante es que la explicación de ello se debe a que pertenecen al mismo numero de frecuencias que emite el agua cuando fluye. De hecho en concordancia con los estudios de Haskell también apela a que existe una comunicación entre especies por sonidos a través de las raíces. Esto es hasta tal punto que son capaces hasta de manipular a otras especies para su beneficio. Son capaces de mandar hasta mensajes de peligro a través de envío de diferentes químicos a través de las raíces.
Para poner un ejemplo significativo existen estudios recientes de un naranjo en flor que actúa de distinta manera según la cantidad de polen que lleve un insecto. Si lleva mucho polen, aumenta la fabricación de cafeína para estimular el cerebro del intruso y así recuerde nuevamente que debe volver a ese árbol. Díganme ustedes queridos aventureros si no es eso un símbolo de inteligencia. De hecho los ejemplos que tenemos en ámbito espiritual desde nuestra perspectiva antropocéntrica es que la mayoría de las personas “iluminadas” en su mayoría monjes su modo de vida es más parecida a una planta puesto que en sus meditaciones imitan a una flor de loto, están en calma y mayoritariamente en silencio. ¿No os parece una actitud similar a las plantas?
En conclusión, debemos considerar a los vegetales como la auténtica divinidad en este planeta y seres más superiores que nosotros, puesto que las plantas tienen más sentidos que los seres humanos.