Existe una isla llamada Sommaroy en la que se propuso la eliminación total del tiempo. Este territorio pertenece a Noruega. Imaginaos que esto se aplicara en todo el mundo. La vida sin tiempo.
Si es cierto que existe un debate profundo en este tema de escépticos. Ellos argumentan que es imposible eliminarlo, que lo necesitamos para una organización importante en nuestras vidas. Se sabe que en marzo de 2019 el parlamento europeo, quiso eliminar los cambios de horarios en las estaciones con el objetivo de que exista un horario único en toda Europa.
En México por ejemplo hay cambios de horario con el objetivo de ahorrar energía. Una meta fundamental en nuestra sociedad contemporánea y así lo refuerza las cifras de ahorro energético de este país. Según dicen las estadísticas se produce un ahorro considerable cada vez que hay cambios en los horarios. Hablamos en cifras de 1,041 gigawatts/hora, una equivalencia a 695,000 toneladas de dióxido de carbono anuales.
Existe la teoría de Steve Hanke y Dick Henry profesores de la universidad de Johns Hopkins que se titula “Tiempo universal”.
El Tiempo Universal
Sin embargo, el tiempo es un tema complicado, hay muchas variables a tomar en cuenta. Cada zona se rige por las condiciones ambientales. Sobre todo las lumínicas. Ello conlleva un desfase de “viajes en el tiempo” a muchos viajeros que les cuesta adaptarse a un nuevo horario de un determinado lugar. Es por ello que Hanke y Henry proponen la zona horaria única como solución para calmar la guerra contra el reloj biológico.
Lo que proponen los profesores es una zona horaria para todo el mundo sin excepción. En los inicios del tiempo se usaba la luz del sol como guía pasando por los relojes de arena hasta que nacieron las zonas horarias gracias al planteamiento de un ingeniero Sir Sandford Fleming a raíz de que un día perdió un tren que iba hacia Irlanda. Eventos cotidianos que marcan a determinados genios y hacen que nazcan nuevos planteamientos y revoluciones.
Pero si esta medida se implantara tendríamos un problema biológico de adaptación. Nos encontraríamos con países en los cuales las 00:00 aún sería de día. Esto para el reloj biológico es un desbarajuste pues el cuerpo humano segrega más melatonina en condiciones con menos luz. Este químico es el que ayuda a que tengamos sueño y queramos dormir. En conclusión, habría más personas con insomnio. Tendrían que pasar varias generaciones para que esa población se adaptase biológicamente a esos ritmos circadianos.
La vida sin tiempo ¿Cuestión de política?
Nos enfrentaríamos a un problema político. Las zonas horarias por países se convirtieron en un símbolo de autonomía, libertad o incluso enemistad entre países. Pero también nos enfrentaríamos a un problema de percepción. Nuestro lenguaje es lineal en el tiempo, dependiendo de nuestro idioma los tiempos cambian. Hay estudios sobre tribus humanas de la amazona más profunda en las que el tiempo culturalmente para sus miembros no existe.El pricipal ejemplo de la vida sin tiempo. Ni siquiera los rangos de edad. Con lo cual la percepción de estos habitantes es distinta a la de un europeo.
Una anécdota muy interesante que se puede explorar también en una película de ciencia ficción que se titula “La llegada”. En el film se plantea un contacto extraterrestre pacífico en el que las dos especies, la nuestra y ellos, intentan comunicarse aprendiendo mutuamente las lenguas respectivas. La protagonista es traductora de lenguas muertas y al aprender un poco sobre el lenguaje de los seres nota que su percepción del tiempo cambia hasta tal punto que mentalmente comienza a proyectarse en distintos tiempos. Con este ejemplo quiero exponerte que el lenguaje e idioma es fundamental para concebir nuestra percepción temporal.
Con todo ello el debate sigue latente y aún no sabemos si sería conveniente que elimináramos el tiempo en nuestras vidas. Pero quizás ese proceso de globalización que vivimos paulatinamente sea otro efecto más para establecer un horario mundial. Porque apara nuestra sociedad seria complicado concebir la vida sin tiempo.